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lunes, 2 de enero de 2017

¿Podrías explicar a Einstein qué es un huevo frito?

¿Podrías explicar a Einstein qué es un huevo frito?

Si no conoces esta anécdota de Albert Einstein habrás contestado con un rotundo sí. Al fin y al cabo, todos damos por hecho que sabemos  comunicar, más aún si el objetivo es que te entienda una de las personas más inteligentes de la historia. El problema radica en que la mayoría de la gente confunde los significados de ‘hablar’, que es muy fácil, y ‘comunicar’ que es mucho más difícil. Y por eso dudo mucho que tú fueses capaz de explicar a Einstein qué es un huevo frito… al menos como él querría que se lo explicaras para que entenderlo de verdad.
La historia, como mínimo, nos hace pensar un poco:
En una ocasión, un periodista abordó a Albert Einstein con una de esas preguntas que había escuchado cientos de veces.
El científico estaba muy habituado a recibir alabanzas y preguntas sobre su trabajo de gente que en realidad no le entendía ni una palabra, pero ese día decidió hacer uso de su conocido sentido del humor, dando lugar al siguiente diálogo:
– Señor Einstein, ¿podría usted explicarme la Teoría de la Relatividad?
– Por supuesto que puedo. Pero antes… ¿puedo hacerle yo a usted una pregunta?
– Claro que sí, señor – exclamó extrañado el periodista.
– ¿Sería usted capaz de explicarme qué es un huevo frito?
– Claro que puedo – afirmó con seguridad y mucho más tranquilo ya que esperaba una pregunta más complicada.
– ¡Estupendo! Explíquemelo entonces, pero debe hacerlo imaginando que yo no he visto nunca ni tengo ni idea de lo que es un huevo, una gallina, la sal, el aceite y una sartén.
Es fácil imaginar que el silencio fue la única respuesta que obtuvo Einstein.
Sea apócrifa o no, que dadas las muchas anécdotas que protagoniza Einstein siempre queda un atisbo de duda pese a la gran cantidad de fuentes que se la atribuyen, a mí esta historia siempre me ha ayudado ya que incluye advertencias tan sutiles como útiles sobre comunicación en general y comunicación corporativa y empresarial en particular:
1. Cuando eres el Receptor
No pidas información que no vas a entender, quédate con la esencia
  • Si podemos asumir que e=mc2 sin entender ni su significado ni sus consecuencias, y dar por sentado que quien lo dijo era un genio… ¿por qué cuestionamos el juicio de un experto o perdemos nuestro tiempo y el suyo obligándole a que nos explique cosas que no podemos entender tan bien como él? ¿Por querer aparentar? ¿Porque somos el jefe?
  • Las empresas fichan talentos que entiendan e=mc2 (o Finanzas, o Informática, o Marketing, o Redes Sociales, o Comunicación…) para que aporten soluciones y transmitan su opinión experta a quien tiene que tomar decisiones, no para que sus jefes, los altos ejecutivos o el dueño de la compañía  convaliden la carrera de Físicas (o Finanzas, o Informática, o Marketing, o Redes Sociales, o Comunicación…).
  • Si fichamos o preguntamos a un experto es para tenerlo en cuenta, no para que nos dé la razón y, si no es así, menospreciar su expertise.
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