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sábado, 21 de enero de 2017

Una de las tantas expresiones que conocemos de Einstein


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En una de las tantas expresiones que conocemos de Einstein, se cuenta que en cierta ocasión le dijeron al sabio que había decenas de pruebas que hacían creer que su teoría era errónea. A lo que Einstein contestó: 

“¿Decenas?, a mí me hubiera bastado con una sola”.

<< He llegado a ser algo así como un rey Midas, pero con la diferencia de que a mi lado no se convierte todo en oro, sino en una especie de circo…>>.

 Así mismo, no tardó en aseverar con mucho humor:

 << Desde que los matemáticos la han tomado con la teoría de la Relatividad, ni yo mismo la entiendo>>.

Era un profundo pacifista convencido. Incapaz de entender las guerras, en pleno ambiente prebélico, en 1930, escribió en el New York Times:

<< Estoy firmemente convencido de que todos los alegatos en defensa de los armamentos están enteramente sostenidos por los fabricantes de municiones y por aquellos que, ya sea por motivos financieros o por otros de carácter político, igualmente egoistas, están interesados en el mantenimiento de las instituciones militares>> 
( A.Einstein, El desarme inmediato como ejemplo, NewYork Times, 21 de enero de 1930).
 Respecto a los planteamientos rígidos de su época, basados en el sentido común, dijo:

<>.

Finalmente Albert Einstein, era un hombre de profundas convicciones espirituales, y sin por ello perder un ápice de brillo, se emocionaba cada vez que hablaba de Dios y del Universo Inteligente. Cierto día confesó:

Las ideas vienen de Dios, dicho con todo respeto.
En la chimenea de mármol del Pabellón de Matemáticas de la Universidad de Princeton figura una leyenda en alemán que podría ser considerada como el credo científico de Albert Einstein:

“ Raffiniert ist der Herr Gott, aber boshaft ist er nicht”

Dios es sutil, pero no malicioso.


Y seguidamente añadía:
<< A Dios no le importan nuestras dificultades matemáticas. Él integra empíricamente>>.


Cuando le preguntaban si no le ofuscaban o le importunaban las críticas, afirmó:

<< Aprendí hace muchos años a no perder nunca el tiempo tratando de convencer a mis colegas>>


En estos tiempos en los que la ciencia se encamina a un inexorable cambio de paradigma, pese a las reticencias de algunos que pretenden imponer políticamente dogmas científicos inamovibles, recurriendo incluso a las amenazas o al escarnio público, les dedicamos este precioso tesoro y les recomiendo que lean la biografía de Albert Einstein en lugar de  la ciencia Gore o las teorías negacionistas del “caos”.


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